BASURA CERO
Gracias al programa de manejo de residuos sólidos de este colegio
oficial, varios de sus estudiantes conocieron el mar en 2012. Para 2013, sus
esfuerzos estarán enfocados hacia la consolidación de su apuesta por una Bogotá
con ‘Basura Cero’.
Todos los rincones y salones del colegio distrital La Candelaria
evidencian esa búsqueda hacia una transformación cultural frente al cuidado del
medio ambiente. Estudiantes y maestros/as están comprometidos con interiorizar
la cultura de la separación en la fuente, la reutilización, la reducción y el
reciclaje de los residuos sólidos.
En esta institución educativa ubicada en pleno centro histórico de
la capital, son ya tres años de trabajo, “generando
una cultura y hábitos ambientales desde la educación primaria”, cuenta la docente, Mónica Bohórquez, y
agrega que esta institución se ha preocupado por hacer que “el uso racional del agua, el
manejo del ruido y el aprovechamiento de los residuos sólidos, se conviertan en
ejes de la formación y la interacción cotidiana”.
No más Basura: La decisión de esta comunidad
educativa con relación al manejo de sus residuos empezó tres años atrás por la
gran “cantidad de papel y
cartón que se generaba, y porque cuando se sacaba la basura para la recolección
se hacía un reguero impresionante, y el colegio ya tenía fama por el desorden
en la calle” explica Mónica.
“Decidimos empezar a reciclarlo. Organizamos un sitio seco de
almacenamiento. Luego, la empresa que suministra los refrigerios empezó a
recogerlo, y cambio de ese material empezamos a recibir, de empresas papeleras,
por cada dos kilos de papel y cartón, de a cinco cuadernos para nuestros
estudiantes”.
Además de este beneficio, María Fernanda Barrera, estudiante de
grado quinto, explica que con los residuos que separan también hacen “artesanías como revisteros,
faroles, jarrones, portalápices, en papel y plástico”.
Un pretexto para aprender y cambiar el mundo: Wilson
Quintero, docente de una de las aulas de aceleración secundaria que tiene esta
institución, explica que para ellos esta política de ‘Basura Cero’ era una
necesidad, y que por esa razón “desde
el colegio estamos trabajando para que todas las personas asuman su
responsabilidad en el tema de las basuras”.
Si bien el tema está muy de moda, Wilson y sus colegas se propusieron “integrar el programa Basura Cero
al Plan de Estudios” y
explica que en esta primera semana, para la ‘Bienvenida
al colegio’, se
propusieron sembrar lo que será un año de cosecha para el futuro en materia
ambiental. “Trabajamos
cultivando semillas en recipientes reciclados, para, con ese pretexto, inculcar
el cuidado de éstas, embellecer los salones y aprender”.
Articulan saberes y prácticas: El
proceso este año consiste en elaborar con botellas plásticas “los recipientes para la siembra.
La idea es reutilizar al máximo, entonces las botellas que los mismos
estudiantes desechan las forramos con papel reciclado y las pintamos para que
sirvan de materas; luego sembramos y empiezan a correr los contenidos de las
áreas. En Biología miraremos el desarrollo y la reproducción en las plantas; en
Matemáticas trabajaremos el análisis progresivo de su crecimiento para el
desarrollo de tablas y gráficos, su lectura e interpretación; desde Literatura
escribiremos sobre la importancia de las plantas en los ecosistemas y su
cuidado”, explica Wilson.
En otras palabras, el colegio La Candelaria si bien “ya va un pasito adelante en la
cultura de Basura Cero”, como dice Mónica, tiene como propósito “aportar esa experiencia” para hacer de Bogotá una ciudad
responsable con el ambiente y el futuro.
IDIPRON
El Instituto para la Protección de la Niñez y la Juventud (IDIPRON) cuenta, en la actualidad, con 20 ‘Unidades de Protección Integral’ (UPI) en las que atiende a niños, jóvenes y adolescentes que habitan o que permanecen gran parte del día en las calles. De las 7910 personas que se han beneficiado con este programa en lo que va corrido de 2012, 691 son niños y 7219 son jóvenes y adolescentes.
El Instituto para la Protección de la Niñez y la Juventud (IDIPRON) cuenta, en la actualidad, con 20 ‘Unidades de Protección Integral’ (UPI) en las que atiende a niños, jóvenes y adolescentes que habitan o que permanecen gran parte del día en las calles. De las 7910 personas que se han beneficiado con este programa en lo que va corrido de 2012, 691 son niños y 7219 son jóvenes y adolescentes.
En dichas unidades, el IDIPRON brinda a
niños y jóvenes servicios como atención psicológica y en salud; nivelación
académica; intervención familiar, y actividades de prevención y rehabilitación,
en caso de uso de sustancias psicoactivas. Las 20 UPI se ubican en diferentes
zonas de la ciudad y atienden en las modalidades de internado y externado
Según, José Miguel Sánchez, director del IDIPRON, la población
que hace uso de los servicios que ofrece la entidad es identificada gracias al
equipo de ‘Búsqueda afectiva’, que prioriza y recorre los territorios que
concentran la mayor presencia de ciudadanos en situación de habitabilidad en
calle.
“Una vez identificados los sitios de alta permanencia de y en
calle (parques, puentes, casas abandonadas, centros de reciclaje, canales,
lotes baldíos, etc.), se procede a realizar el acercamiento, caracterizado por
estrechar lazos de confianza, respeto, afecto y motivación, por parte del
facilitador social, para luego realizar el ingreso efectivo al programa”, dice
José Miguel Sánchez.
Otra de manera de acceder a este servicio del IDIPRON es por
solicitud directa de la familia o por remisión de una autoridad competente. En
el primer caso, es necesario comunicarse con el equipo de ‘Búsqueda afectiva’
al teléfono 3100411 o dirigirse al Componente de ingresos, ubicado en la Calle
15 No. 13-86 (Barrio La Capuchina).
El objetivo primordial del IDIPRON, a través de las UPI, es el
de recuperar para la sociedad al niño, adolescente y joven en situación de vida
en las calles o de alta vulnerabilidad, disminuir el fenómeno y garantizar el
goce efectivo de sus derechos.
El instituto tiene proyectado realizar un ‘Circuito de
Protección Integral’ para reforzar la labor de las UPI. Dicho circuito, que se
ubicará sobre el eje de la Avenida Caracas y comprenderá las localidades de Los
Mártires, Santafé y La Candelaria, incluirá un conservatorio de música, un
centro de artes, un laboratorio de TICs, un escenario deportivo y una casa de
la juventud.
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